Laia Sanz ha cerrado su participación en el Silk Way con una histórica séptima posición absoluta y como primera fémina. La piloto de Soficat Xerox ha completado en 13º lugar los 556 kilómetros (255 de ellos cronometrados) de la décima y última etapa, entre las localidades chinas de Jiayuguan y Dunhuang.
La de Corbera de Llobregat, que partía en esta última jornada con 14 minutos de renta sobre el octavo, y sin opciones de alcanzar al sexto clasificado, ha pilotado con un ritmo seguro que le ha permitido alcanzar su objetivo: “Tenía mucha ventaja con Tomiczek y no valía la pena apretar. Me lo he tomado con mucha calma para ir a acabar”.
Con este resultado que la deja en el top 10 final, Sanz ha puesto el broche final a una gran actuación en el rally de la Ruta de la Seda. Por primera vez en una década la prueba incluía motos, para convertirse en una de las citas destacadas del mundial FIM de Cross-Country. Durante diez días, los pilotos han atravesado parte de la histórica ruta comercial asiática, entre Rusia, Mongolia y China, lo que ha dado lugar a una gran variedad de superficies. “Ha sido un gran entrenamiento de cara al Dakar. Estos días hemos probado varias cosas en la moto y he recuperado las buenas sensaciones. Es una buena base para seguir trabajando en la dirección correcta los próximos meses”, sentencia.
Para la 18 veces campeona del mundo, ha sido la primera vez que volvía a subir a su KTM 450 Rally tras conseguir hace seis meses una extraordinaria 11ª posición en la pasada edición del Dakar, que además significó su novena participación consecutiva imbatida. “Llegué al Dakar súper justa después de las enfermedades que tuve en 2018 y he estado prácticamente un año sin hacer ningún test con el equipo, así que correr esta prueba ha sido una gran oportunidad para ver en qué punto estoy y qué debo mejorar. Está claro que tengo que trabajar mucho físicamente para volver a estar al nivel de hace dos años”, asume.
El Silk Way Rally no sólo le ha servido para iniciar su preparación para el desafío dakariano que deberá afrontar en enero, sino también para medirse a los otros pilotos oficiales que han competido. “Estoy muy satisfecha porque el ritmo que he tenido ha sido muy bueno y eso es lo más importante. Empezar a encontrarme bien se ha notado encima de la moto y me ha permitido dar más gas”, reconoce.
La progresión ha sido constante y, después de las primeras etapas, empezó a escalar puestos aprovechando que el terreno en la estepa mongola le fue más propicio: “He tenido algunos días muy buenos en Mongolia y me he sentido muy bien con la moto. En China ha sido un poco más complicado, porque el terreno estaba más roto y ha habido un par de días muy machacones, pero el resultado en la general ha sido muy bueno y me siento muy contenta por ello. Estoy muy agradecida al equipo por todo el trabajo de estos días y por haberme traído al Silk Way, porque ha sido una gran oportunidad. Quiero felicitar también a mi compañero Sam Sunderland por su victoria”.
Al final, la de Soficat Xerox y el KTM Factory Racing Team se despide de la cita asiática con el dulce sabor de boca del séptimo puesto conseguido. Próxima parada: el Rally de Marruecos, que se disputará del 3 al 9 de octubre.