Hoy en día existen numerosos dispositivos electrónicos que incorporan la tecnología NFC. Aunque estamos acostumbrados a ver estas siglas en smartphones y otros aparatos, no todo el mundo conoce qué significan.
Para comenzar, os diremos que NFC es el acrónimo de Near Field Comunication, cuya traducción sería algo como comunicación de campo cercano. Esta tecnología inalámbrica de alta frecuencia se basa en la creación de un campo electromagnético en el que, mediante inducción, se genera un intercambio de información entre dos dispositivos. Su radio de acción es muy bajo, por lo que para usarla ambos no deben estar a más de 10 ó 15 centímetros de distancia.
Este intercambio de datos puede permitir, por ejemplo, realizar pagos mediante el móvil, sincronizar dispositivos inalámbricos, autentificar identidades, transferir archivos o enlaces… Asimismo, la tecnología NFC se puede aplicar a otros muchos elementos, como tarjetas o etiquetas, que pueden servir a su vez para asignar una acción determinada al dispositivo que se conecte con ellas u ofrecer información de todo tipo.
La tecnología inalámbrica NFC tiene más de una década de vida, aunque ha sido especialmente en los últimos años cuando marcas y empresas han explotado todo su potencial y la han expandido. Como decíamos, su uso más extendido se encuentra en teléfonos móviles o tarjetas de crédito, aunque son muchos los aparatos que la emplean en la actualidad.
Sin ir más lejos, todos los nuevos productos de Xerox la incorporan, desde impresoras de gamas más básicas a completos equipos multifunción. Gracias a la tecnología NFC, los usuarios de la marca estadounidense pueden interactuar con los dispositivos directamente mediante su smartphone, lo que repercute en una mayor conectividad, rapidez y, por lo tanto, productividad.