A la hora de reproducir los colores de una imagen o documento, existen diferentes formatos que nos permiten mostrarlos en distintos tipos de soportes. Los más habituales y que se han convertido en un estándar para la industria son dos: RGB y CMYK. Sin entrar en explicaciones demasiado técnicas, os contaremos las principales características de cada uno de ellos, así como sus principales diferencias.
Para comenzar, el formato RGB hace referencia a las siglas de Red, Green y Blue (rojo, verde y azul), los tres colores primarios a partir de cuya combinación se pueden conseguir todos los demás. Este modelo de reproducción del color se emplea en formatos digitales y online para ser mostrado en una pantalla, ya sea de ordenador, móvil, cámara de video o foto, televisión… Así, a partir de un valor determinado de cada uno de estos colores, cada píxel muestra un resultado final concreto.
Por su parte, el CMYK se refiere a Cian, Magenta, Yellow y Black (cian, magenta, amarillo y negro), los tres colores secundarios que se obtienen mezclando a partes iguales los colores primarios de dos en dos, a los que se une el negro para ofrecer un mayor rango tonal. Este formato se emplea en imágenes y documentos que requieren una reproducción física y, por lo tanto, a la hora de imprimir en papel.
Programas de tratamiento de imágenes como por ejemplo Photoshop nos permiten pasar archivos de una formato a otro según nuestras necesidades y manteniéndose lo más fiel posible al original. Para ello nos puede ayudar también el sistema de definición cromática Pantone, que es otra de las referencias de la industria de la impresión y las artes gráficas.
Al ser dos formatos distintos que muestran el color mediante diferentes métodos, una imagen RGB y una CMYK nunca serán 100% idénticas. Al respecto, hay que mencionar también que la percepción del ojo humano es diferente en cada persona y que en ella influyen igualmente las características del soporte empleado (pantalla o papel).
Para conseguir los mejores resultados de impresión posibles, tanto los equipos de oficina como los de producción Xerox distribuidos por Soficat cuentan con las más avanzadas tecnologías de gestión del color. Ello permite obtener impresiones de la más alta calidad en todo momento y garantizar una elevadísima fidelidad.