¿Quién no ha hecho una apuesta disparatada ante un desafío? Pues si te llamas Laia Sanz o Toby Price las dimensiones del reto son directamente proporcionales a la diversión de la apuesta sugerida.
Este australiano de 31 años y esta española de 33 están curtidos en mil kilómetros por mil desiertos; tienen carácter ganador; son pilotos de primer nivel, todo un referente dentro y fuera de la carrera y, a la vez, dicharacheros, sencillos y cercanos; buena gente; hechos de otra pasta, con ese punto de locura que tienen los pilotos de motos del Dakar (seguramente, ambos coincidirían en quién de los dos tiene ese punto más desarrollado, pero el lector tendrá que imaginarlo). Les gusta reírse de sí mismos y de los compañeros, siempre de forma sana y amigable.
Termina una etapa, se juntan en una mesa plegable en el campamento, empiezan a “picarse”. Entre broma y broma acaban jugándose que, si Toby Price finaliza entre los cinco primeros, le dará un beso de cinco segundos a Laia, mientras que Laia le podrá cortar la desgarbada melena a Toby si ella concluye en el top 15. Para que no haya dudas firman en un papel las bases del juego y Laia lo inmortaliza con una foto de móvil. A su alrededor están los compañeros del equipo KTM riendo con el espectáculo.
Llevan mucho tute encima, ambos llegaron muy justos al Dakar (Toby por una fractura en la muñeca, que se hizo en un stage un mes antes, y Laia por su falta de preparación, debido a la fiebre Q que contrajo y una mononucleosis que le impidieron entrenar hasta el pasado mes de diciembre), pero el buen ambiente reina en el campamento de la marca austríaca. Los kilómetros, las secuelas físicas y las horas encima de la moto pesan menos así. Todos siguen riendo, pero las sonrisas de los dos protagonistas de esta historia esconden un secreto que no es tal: ambos están resueltos a ganar la doble apuesta.
Llegados al ecuador de la prueba, Price es cuarto a 3 minutos y 21 segundos del líder y Laia, decimonovena, a 21 minutos del decimoquinto. “Antes de empezar hubiera firmado sólo llegar al final, sin importar la posición, pero me encuentro mejor de lo que esperaba. Ahora no sólo quiero cruzar la meta de Lima, quiero hacerlo dentro del top 15, aunque sé que no será fácil porque el nivel este año es muy alto y, además, el tipo de rally que nos estamos encontrando es poco propicio para mis características, con poca navegación, muchas trazadas y mucha velocidad y fesh-fesh”, reconoce, antes de añadir sonriente que “quiero cortarle la melena a Toby desde el año pasado y ahora no podrá escaparse”. A lo que el australiano responde que “esto es un poco estresante ahora mismo. Laia es muy rápida”.
El “problema” para la de Soficat Xerox es que también su compañero es muy veloz y va encaminado a lograr su objetivo: “Toby es una máquina. Lleva días soportando un dolor muy fuerte en el escafoides y no sé cómo está pudiendo aguantar y pilotar así. Aún puede pasar de todo, los de delante están todos a muy pocos minutos y queda mucho rally, pero claro que tiene opciones”.
Para Laia, la clave será “aguantar y seguir la tónica de las últimas etapas”, explica. “Creo que me estoy defendiendo bien y me pongo muy buena nota después de cómo llegué al Dakar este año. Los primeros días empecé un poco falta de ritmo, pero después, a partir del tercero, empecé a encontrarme mejor y a correr muy bien”, cuenta.
El desenlace se conocerá el próximo jueves 17 de enero, después de las últimas cinco etapas del Rally Dakar, que proseguirá mañana tras la merecida jornada de descanso de este sábado.