El percance ha hecho que la de Soficat Xerox acabara 38ª y perdiera 43 minutos respecto al primero.
“Hacia el kilómetro 30, en una zona pedregosa, en plena curva estaba girando, he bajado un momento la vista para ver el roadbook y me he comido una piedra que me ha catapultado”.
“Lo que peor me sabe de la caída no es el tiempo que he perdido, sino que mañana saldré muy atrás y, si seguimos entre cañones y con este polvo, me costará tres días volver a situarme donde me toca”.
Primera piedra en el camino para Laia Sanz en su décimo Rally Dakar. En este caso, la expresión adquiere un significado literal, porque precisamente una piedra ha sido lo que ha provocado que la piloto de Soficat Xerox saliera despedida de su GasGas RC 450F oficial hacia el suelo poco después de empezar la segunda etapa, entre Al Wajh y Neom, de 393 kilómetros (367 cronometrados).
El percance ha hecho que la barcelonesa perdiera mucho tiempo en la especial hasta finalizar en 38º lugar, a 43 minutos y 52 segundos de Ross Branch, vencedor de la etapa. En la general, Sanz ha descendido a la 28ª posición y se encuentra ahora a una hora de la cabeza de carrera.
“Hoy ha sido un día de polvo. Yo salía bastante delante y ya estaba dentro de la nube de polvo. La visibilidad era muy mala. Hacia el kilómetro 30, en una zona pedregosa, en plena curva estaba girando, he bajado un momento la vista para ver el roadbook y me he comido una piedra que me ha catapultado”, describe la 18 veces campeona del mundo.
Después de reponerse del batacazo, la de Soficat Xerox ha proseguido la marcha con molestias en la cadera izquierda que no le han impedido llegar hasta la meta. En cuanto a la moto, “se ha roto el trip, por lo que he tenido que usar el de la derecha, pero con los grados del rumbo y el cuenta kilómetros en la misma pantalla, me ha costado bastante ver la información, porque quedaba todo más pequeño. Aparte de eso, y que el manillar ha quedado un poco torcido, por lo que no voy tan cómoda, la moto está bien”, confirma.
Precisamente, los pilotos Elite tenían hoy la etapa supermaratón, en la que sólo disponían de diez minutos para reparar su moto al término de la jornada, algo que a la postre no ha preocupado mucho a la de Corbera de Llobregat, que se ha mostrado más contrariada por la posición de salida que tendrá mañana: “Lo que peor me sabe de la caída no es el tiempo que he perdido, sino que mañana saldré muy atrás y, si seguimos entre cañones y con este polvo, me costará tres días volver a situarme donde me toca. Espero encontrarme bien, porque al enfriarse el golpe, me duele bastante la cadera”.
De hecho, para la tercera etapa, el bucle con salida y llegada a Neom, la organización anuncia más cañones, combinados con zonas montañosas, lo que podría confirmar los temores de Laia Sanz, que tendrá que superar un total de 491 kilómetros, 414 de ellos en especial, en malas condiciones de visibilidad.