La llamada Gran Recesión, originada en el año 2008 en los Estados Unidos, marcó un antes y un después en la economía mundial. Una crisis de tales dimensiones comportó cambios drásticos que dejaron huella a todos los niveles, siendo las empresas, y por consecuencia las familias, las grandes perjudicadas.
Las circunstancias obligaron a las compañías a imponer todo tipo de medidas anticrisis, y para ello necesitaban a líderes dispuestos a ajustar costes, optimizar procesos, ajustar plantillas, y adoptar muchas otras decisiones incómodas.
En los últimos tiempos, la recesión ha dejado paso a una mejora de la economía que vuelve a requerir cambios en las empresas, concretamente en su liderazgo. Se necesitan mentes brillantes con visión de futuro, que se anticipen, sean creativos e innovadores y a sus vez piensen también en el corto plazo.
Su actitud también es un punto importante a tener en cuenta. El optimismo es fundamental, al igual que tener la capacidad de crear una buena atmósfera de trabajo. Para conseguirlo es básico cumplir con un perfil humilde y cercano, que atienda a las demandas de sus colaboradores y, como no, de sus clientes.
Xerox ayuda a cambiar la forma en la que el mundo trabaja, y adaptarse a cada contexto es fundamental para conseguir los objetivos.