Conflicto Cibernético

Durante la madrugada de este jueves, Rusia daba el último paso adelante que le faltaba en la invasión de Ucrania. Las primeras explosiones sacudían distintas ciudades del país europeo, se registraban bombardeos de artillería en la frontera y las tropas rusas avanzaban en territorio ucraniano por Crimea. Por otro lado, hay que tener en cuenta la cibeseguridad y lo que implicaría los ciberataques. Según algunas investigaciones, se teme que la ciberguerra se remonte y suceda un desastre informático.

A principios de enero, numerosos sitios web del Gobierno de Ucrania fueron desconfigurados y los sistemas de las agencias gubernamentales ucranianas fueron infectados con malware disfrazado de ataque de ransomware, una operación descubierta por primera vez por investigadores de Microsoft. 

En este ataque se dejaron muchas “falsas banderas” que intentaban implicar que el ataque era obra de disidentes ucranianos o partisanos polacos, pero los expertos apuntan a que se trató solo de una estrategia para confundir y distraer por parte de Rusia, el principal sospechoso, que sigue negando responsabilidad en lo sucedido.

Adrián Jimenez, especialista en ciberseguridad de Hiberus, comenta que tanto las ‘banderas falsas’, la atribución errónea, la interrupción de las comunicaciones y la manipulación de las redes sociales son componentes clave en el playbook de la guerra de información de Rusia; son estrategias que se utilizan para “ganar tiempo y confundir al enemigo.

El pasado 15 de febrero se desencadenaron una serie de ataques debilitates DDoS contra sitios web gubernamentales y militares ucranianos, así como contra tres de los mayores bancos de Ucrania. 

Según la inteligencia estadounidense estas ofensivas provienen del Departamento Central de Inteligencia ruso, si bien el país presidido por Putin niega toda relación con las mismas.