En plena carrera espacial con la Unión Soviética, durante los años 60 y 70, la NASA, la agencia espacial norteamericana, desarrolló el programa espacial Apollo, cuyo principal objetivo consistía en llevar el hombre hasta la Luna. Aquella vieja aspiración culminó en julio de 1969, cuando la misión Apolo 11 alunizó por primera vez en el satélite terrestre.
Pocos saben sin embargo que aquel programa espacial contó con el apoyo de Xerox, empresa que unos años antes, en 1959, revolucionaría el sector con la introducción de la primera fotocopiadora de la historia en el mercado. La aportación de Xerox consistió en desarrollar una fotocopiadora específica para la documentación del programa espacial.
Así lo explicaba el astronauta español, Pedro Duque, en una entrevista: “Había que documentar todo muy bien porque todo tenía que encajar y había cientos de miles de personas trabajando y cada una de ellas tenía que enviar sus documentos a los otros. Como no había ni ordenadores ni internet, todo se hacía a través de documentos y nunca nadie había impreso tantos de una vez”.
En 2004 Xerox retomó esta alianza ayudando a la NASA a desarrollar sistemas de gestión de conocimiento y colaboración de última generación. Así, se encargó de proporcionar nuevas herramientas y aplicaciones para ayudar a la agencia espacial a implementar la Vision for Space Exploration, documento base que el gobierno de los Estados Unidos elaboró para el desarrollo futuro de las misiones de la NASA.
Fruto de esta colaboración, la NASA usó por ejemplo el software de administración de contenido empresarial DocuShare de Xerox para clasificar los datos que recopilaron dos robots exploradores que la agencia espacial envió a Marte. De este modo, todos los miembros del Proyecto Marte pudieron acceder e intercambiar fácilmente y desde cualquier lugar toda la información recogida.
Asimismo, el año 2005 científicos de Xerox Europa desarrollaron CLARISSA, un asistente virtual de tripulación completamente operado por voz. El proyecto consistió en diseñar un manos libres capaz de responder al comando de voz del astronauta, que a su vez leyera los pasos del procedimiento en voz alta e indicara cuáles eran los pasos que ya habían sido completados. Esa misma aplicación fue la que Xerox desarrolló para mejorar los resultados de categorización para documentos impresos y digitales.
La colaboración con la NASA ha sido clave para el desarrollo de la tecnología y el software que a lo largo de las últimas décadas ha comercializado Xerox –y posteriormente Soficat–, y que ha permitido a la compañía estar siempre a la vanguardia de los avances tecnológicos del sector.