Xerox 914: la fotocopiadora que lo revolucionó todo

En 1938, tras muchos intentos infructuosos, Chester Carlson reprodujo en su laboratorio la primera imagen xerográfica de la historia. Se trataba de una lámina de vídeo con la inscripción “22-10-38 Astoria”, en la que se indicaba la fecha y lugar donde se había realizado.

Carlson era trabajador por entonces de una oficina de patentes, por lo que entendía como pocos la necesidad de automatizar el proceso de copia de un documento. Para ello desarrolló una técnica llamada electrografía, con la que consiguió transferir una imagen de una superficie a otra.

El procedimiento consistía en cargar con electricidad estática una superficie de forma uniforme. Esta superficie era expuesta a la luz para que descargara o destruyera dicha carga, de modo que sólo permanecían cargadas aquellas áreas donde había sombra. El siguiente paso consistía en fijar las áreas que permanecían cargadas mediante tinta seca, haciendo visible una imagen que era transferida al papel a través de un campo electromagnético. El uso de calor conseguía fijar la tinta al papel.

Carlson era plenamente consciente que había inventado una técnica que cambiaría el mundo para siempre. Pero tuvieron que pasar nueve años para que una empresa se interesara por su patente y quisiera adquirir los derechos. Este empresa fue Haloid Company.

El nacimiento de la Xerox 914

Durante 10 años, Haloid Company trabajó intensamente en el desarrollo de la primera fotocopiadora. En 1959 la empresa lanzó el primer prototipo de la Xerox 914 y dos años fue comercializada como la primera fotocopiadora moderna de la historia. Haloid Company pasó a llamarse Xerox.

La Xerox 914 superó todas las expectativas. De hecho, Xerox calculó que se harían con esta primera máquina 2.000 copias al mes, pero los usuarios, cada vez más numerosos, se encargaron de multiplicar por 5, y hasta por 50, las previsiones de la compañía. La Xerox 914 marcó un antes y un después en la industria. Para que se hagan una idea, antes de la comercialización de la fotocopiadora se realizaban en Estados Unidos 20 millones de copias al año. En 1966, es decir, cinco años después de ser comercializada la 914, la cifra aumentó hasta los 14.000 millones.

Así explicaba en 1985 The New York Times lo que significó el nacimiento de la Xerox 914: “Cuando este bebé llegó al mundo pesaba 648 libras y medía 48 pulgadas hasta la parte superior del panel de control. El padre, el inventor Chester Carlson y la madre, Haloid Xerox Corporation, la llamaron Xerox 914. Lo que hacía era reproducir, en cuestión de segundos, una copia de una carta o un memorando, tareas que llevaban a los mecanógrafos de 10 minutos a 10 horas en completar. Lo que causó fue una revolución mundial en la producción, el flujo y la distribución de la información”.

Y así fue como aquella máquina, que no se limitaba a reproducir originales sino también copias de otras copias, universalizó el acceso a la información.