¿Conoces a John Warnock o a Charles Geschke? Muy probablemente no te suenen sus nombres, pero siempre que utilizas una impresora te beneficias de su mayor invento: el PostScript.
PostScript es un lenguaje de programación que acompaña a los documentos informáticos que creamos y sirve para informar a la máquina impresora sobre qué debe imprimir y cómo tiene que hacerlo. Para que ello sea posible es necesario que tanto la computadora con la que se crea el documento, como la máquina que lo imprime, cuenten con este pequeño programa. Así pues, el PostScript del ordenador crea un código que es decodificado en la impresora y convertido en puntos de impresión.
Este funcionamiento que hoy en día puede parecer obvio, no lo era en 1985, cuando con la invención de este lenguaje se consiguió que cualquier documento se pudiera portar de una impresora a otra. Hasta entonces, no se podían acoplar un ordenador de una marca con una impresora de otra firma, ni mucho menos pasar documentos de un sistema a otro para imprimirlos.
Todos estos inconvenientes quedaron atrás con PostScript, el lenguaje que incorporan todas las impresoras y equipos multifuncionales de Xerox para poder facilitar la impresión desde cualquier sistema operativo: MAC, Linux o PC.
Más allá de aumentar la compatibilidad, PostScript ha ido evolucionando con los años para mejorar la calidad de las impresiones. Su sistema reductor de píxeles garantiza una tremenda precisión de los puntos de tinta, lo que garantiza una mayor nitidez en la impresión. Además, su uso también beneficia la gestión del color, ya que gracias a este driver se asegura la máxima fidelidad con los colores creados en el propio archivo.