Un hecho que nos traerá el futuro es la interacción entre los robots y el ser humano.
Según los expertos, para que esa relación sea óptima, efectiva y significativa, deben estar presentes las emociones pero no cualquier tipo de emociones. Con esto nos referimos a emociones sintéticas, es decir, procesos computacionales creados por inteligencia artificial que permitirán a las máquinas simular y reaccionar a las emociones humanas.
Esta realidad es imparable y se espera que en el 2030 dispongamos de dispositivos capaces de reconocer emociones para anticiparse a nuestras necesidades. Ahora mismo, ya se está desarrollando lo que se conoce como la empatía artificial.
¿Sabemos qué son los BOTS?
Los BOTS son programas informáticos que analizan e imitan el comportamiento humano, y que disponen de una empatía rudimentaria que actúa en diversos servicios de atención al cliente. Son capaces de aprender del entorno y sostener conversaciones simples con los usuarios.
Existen marcas y grandes empresas que ya recurren a este tipo de recurso para manejar las quejas de los usuarios y tomar sencillas actuaciones al respecto.
Con ello, es fácil deducir que la ingeniería de las emociones artificiales no solo se está desarrollando, sino que se está aplicando de manera puntual y discreta en nuestro uso cotidiano en Internet.
El próximo paso será la llegada de robots capaces de entendernos desde un punto de vista emocional y de empatizar con nosotros.