La impresión 3D, también conocida como fabricación aditiva, ha jugado un papel importante en la producción de componentes grandes y complejos recientemente.
A principios de este año, estaban utilizando la impresión 3D para construir el vecindario impreso más grande del mundo, que consta de 100 casas impresas en 3D.
En un artículo publicado en la revista científica Nano Letters, el Dr. Dmitry Momotenko, químico de la Universidad de Oldenburg, junto con un equipo de investigadores de ETH Zurich, Suiza, y la Universidad Tecnológica de Nanyang, lograron fabricar objetos de metal mínimamente pequeños utilizando la nueva técnica.
Según el equipo, su modus operandi se puede utilizar para fabricar objetos de cobre de solo 25 nanómetros de diámetro.
Su técnica de impresión 3D electroquímica fabrica estructuras conductoras complejas con resoluciones nanométricas que podrían tener aplicaciones potenciales en tecnología de baterías y tecnología de sensores.
La última técnica de impresión 3D gira en torno al proceso de galvanoplastia, el cual consiste en que por medio de la electricidad, se cubre un metal sobre otro a través de una solución de sales metálicas con el objetivo de modificar sus propiedades superficiales, aumentar su resistencia al desgaste y al ataque de sustancias químicas.
El método de nanoimpresión requiere una solución de iones de cobre cargados positivamente en una pequeña pipeta. El líquido sale de la punta de la pipeta a través de una boquilla de impresión. En los experimentos realizados, la abertura de la boquilla tenía un diámetro de entre 253 y 1,6 nanómetros. Solo dos iones de cobre pueden pasar simultáneamente a través de una abertura tan pequeña.
Luego, el equipo desarrolló una técnica para monitorear el proceso de impresión. Registraron la corriente eléctrica entre el electrodo de sustrato cargado negativamente y el electrodo cargado positivamente dentro de la pipeta.
En un proceso automatizado, la boquilla se acercó al electrodo negativo durante un tiempo muy corto y luego se retrajo tan pronto como la capa de metal había excedido un cierto espesor.
Empleando esta técnica, los investigadores aplicaron gradualmente capas de cobre consecutivas a la superficie del electrodo. El posicionamiento preciso de la boquilla les permite imprimir columnas verticales y nanoestructuras en espiral. También podrían producir estructuras horizontales cambiando la dirección de impresión.