Hace apenas cinco años se lanzaba el iPad, un nuevo concepto tecnológico situado entre los smartphones y los ordenadores portátiles que abría una nueva categoría en el mercado. Pero el dispositivo de la marca de la manzana mordida, aunque lo parezca, no fue la primera tablet de la historia. En 1968, un trabajador de Xerox, Alan Kay, puso sobre la mesa el embrión de las tabletas, "un computador personal para niños de todas las edades” que presentó cuatro años más tarde y al que llamó Dynabook. Este dispositivo no terminó alzando el vuelo por su elevado coste en el contexto de la época.
Volviendo al presente, el éxito de consumo y ventas del iPad provocó que poco a poco otros fabricantes se animaran a presentar sus modelos. Desde entonces, el uso de las tablets se ha ido asemejando cada vez más al de los portátiles, tanto es así que en los últimos meses algunas de las principales empresas de ordenadores están presentando modelos de portátiles con espíritu de tablet.
Las ventajas de las tabletas son varias. Ofrecen una portabilidad mayor al ser mucho más ligeras y también permiten una conexión a internet más cómoda, gracias a su ranura para SIM 3G o 4GA, sin tener que depender de red Wi-fi. Además, su rango de precios es mucho más bajo, pues los modelos más económicos pueden costar hasta un 75% menos que los portátiles más asequibles. En cuanto a su funcionalidad, se trata de dispositivos mucho más rápidos en su arranque y con procesos de carga mucho más reducidos.
Su autonomía también es un punto fuerte frente al portátil, pues la batería de una tablet puede durar fácilmente toda una jornada. Eso sí, se trata de un dispositivo muy centrado en el apartado multimedia, pues al carecer de teclado físico la comodidad de redactar no es la misma. Su potencia y dimensiones de pantalla, más reducidas que las de un portátil, se convierten en sus puntos débiles e impiden que la substitución de portátiles por tablets ya sea una realidad total.
Seguramente estos puntos flacos han llevado a las principales compañías tecnológicas a tratar de hibridar los dos dispositivos. Los portátiles con espíritu de tablet han empezado a llegar y lo harán para quedarse.