EADA Business School, junto con Roca Salvatella, ha publicado su segundo informe sobre el nivel digital directivo. El primero de ellos se realizó en 2015 y ahora, dos años después, los resultados del nuevo estudio permiten conocer cómo ha evolucionado el proceso de transformación digital en las compañías.
El informe se ha realizado a partir de encuestas a casi 600 directivos de diferentes sectores y tamaños de empresa. Éstas constaban de 42 preguntas, 37 de ellas sobre conocimiento y aplicación, y otras 5 sobre la estrategia digital y las políticas en la organización.
Algunas de las conclusiones más significativas del informe de EADA Business School son que el 37% de los ejecutivos considera que la transformación digital debe ser liderada por la dirección general de las empresas, mientras que en el estudio de 2015 el área de marketing encabezaba este apartado con un 32%. Ello constata que la transformación digital ya forma parte de la agenda del comité de dirección de las organizaciones, que han interiorizado el impacto positivo que tiene el uso intensivo de las tecnologías en su trabajo.
En cuanto al nivel de madurez digital que tienen los directivos, de media, ha obtenido una nota de 6,1 sobre 10, valor sin duda mejorable en un futuro cercano. También se ha evaluado el uso de las tecnologías, que progresa respecto al informe anterior pero que también es optimizable: solo un 37% de las empresas cree que su uso de las tecnologías es alto o muy alto y el 41% considera que su empleo es medio.
Otras conclusiones del informe de la EADA Business School sobre el nivel de madurez digital de los directivos apuntan a que las empresas hacen un buen uso de las tecnologías digitales, ya que por ejemplo les permiten trabajan desde cualquier ubicación, pero que la aplicación de los avances más recientes no se está realizando todavía de forma correcta.
Por lo expuesto tanto en este informe como en otros similares, queda claro que las empresas y sus directivos quieren lograr la madurez digital a corto o medio plazo, pero que necesitan ayuda para lograrlo pese a las mejoras en la materia dentro de sus organizaciones. La adaptación a las últimas tecnologías o la implantación de nuevas metodologías son algunas de las dificultades que se encuentran. Para superarlas, la ayuda de colaboradores externos puede resultar fundamental.
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